ALGUNOS CONSEJOS SI QUIERES INVERTIR
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El inmobiliario sigue percibiéndose como una
alternativa segura para hacer crecer nuestros ahorros. Siempre que
se siga el consejo profesional y se tomen en consideración todas las variables
antes de decidirse a invertir, sin duda, lo es.
Para hacer bien este presupuesto previo a la compra de un
inmueble es necesario disponer de la siguiente documentación:
-la
nota registral
-el certificado de estar al corriente de pago de la
comunidad
-la calificación urbanística y si la finca está
afectada por algún plan
-el
valor de referencia del catastro
-el
certificado de la ITE
-los
recibos del IBI
-el
certificado energético y la cédula de habitabilidad.
Todos estos
papeles, junto con el consejo de un asesor experto, nos darán los datos clave a
la hora de tomar la decisión más correcta. Invertir no es sólo
hallar un inmueble a buen precio, es asegurarse de que éste nos va a dar la
rentabilidad que deseamos.
Así, por ejemplo, al contar con toda esta documentación y consejo
no sólo conoceremos algunos costes que vamos a asumir, como son la cuota de la
comunidad o el importe del IBI, si no que indagando un poco, sabremos si la
convivencia en el edificio es buena y no tendremos mucha rotación de inquilinos
al alquilar el inmueble. Cuando esto ocurre la casa queda vacía un tiempo y
puede haber desperfectos. Y al fin y al cabo, el 20% de las viviendas se vende
por problemas con los vecinos… y normalmente los inmobiliarios son conscientes
de los motivos de las ventas anteriores.
Otro ejemplo de la importancia de la información que podemos
obtener es relativa a la calificación energética ya que si el inmueble es de
los que más energía consume es muy posible que pronto haya derramas y reformas
dada la voluntad de la normativa de conseguir que el parque de vivienda
existente sea cada vez más eficiente. Para estos casos hay ayudas europeas,
aunque los criterios para acceder a ellas son difíciles de cumplir.
De importancia mayúscula será poder calcular el
coste exacto de los tributos ya que los impuestos son, a parte del precio, uno
de los principales gastos asociados a la inversión inmobiliaria.
Lo primero a tener claro es que los impuestos varían en función
de si la vivienda es nueva o de segunda mano. En el primer caso, nos cobrarán
el IVA y los actos jurídicos documentados y, en el segundo, el ITP.
Otra excepción es la de aquellos inmuebles que tienen un valor
de referencia superior al precio de compraventa. En estos casos, el ITP se
calcula en base al valor de referencia en cuestión y puede subir más de lo que
esperábamos. Suele pasar por ejemplo con las plazas de aparcamiento. Algunas
con un valor de mercado muy bajo, porque tienen una columna que dificulta las
maniobras u otros problemas, tienen un valor de referencia altísimo.
El IBI y la plusvalía, por su parte, dependen de la superficie
del inmueble, en concreto la que consta en el catastro. Sin embargo, a veces,
el valor catastral recoge los metros cuadrados de la vivienda y los de las
zonas comunes repercutidas o directamente no se informaron los metros correctos.
Puede, pues, valer la pena pedir de subsanar estos errores.
Por
último, hay que investigar el mercado para determinar la renta promedio de
propiedades similares en la zona. Para obtener una estimación
realista de los ingresos que podrías generar mediante el
alquiler, te recomendamos contar con la ayuda de un agente inmobiliario
especializado.